Desempeño y productividad
Cómo se llevan a cabo las principales técnicas de productividad laboral
Descubre cómo llevar a cabo, las técnicas de productividad laboral en una empresa y por qué es necesario hacerlo adecuadamente.
Desempeño y productividad
Descubre cómo llevar a cabo, las técnicas de productividad laboral en una empresa y por qué es necesario hacerlo adecuadamente.
¿Necesitas ayuda?
Anjolly Capponi
HR Consultant
12 de diciembre, 2024
Las técnicas de productividad laboral son herramientas y métodos que nos ayudan a trabajar de manera más eficiente, logrando mejores resultados con el menor esfuerzo posible.
Así que, si alguna vez te has preguntado cómo optimizar el rendimiento en tu equipo o en ti mismo, este artículo te lo explica paso a paso.
Como lo mencionamos, las técnicas de productividad laboral son estrategias diseñadas para mejorar la eficiencia y el rendimiento en el trabajo. Ayudan a gestionar el tiempo, priorizar tareas y mantener un ritmo constante sin caer en el agotamiento.
Estas técnicas no solo benefician a los empleados, sino que también impactan directamente en los resultados de la empresa al optimizar recursos y mejorar el cumplimiento de objetivos.
Por ejemplo, herramientas como la organización de horarios, el enfoque en prioridades y el manejo efectivo del tiempo son piezas clave de estas técnicas. Pero hay muchas más, y cada una se adapta a diferentes necesidades y contextos.
Existen muchas técnicas para mejorar la productividad, pero aquí te compartimos algunas de las más conocidas y efectivas, tanto para empleados como para líderes.
Existe el Método Eisenhower, que divide las tareas en cuatro categorías según su urgencia e importancia. Esto ayuda a enfocarte primero en lo que importa.
Otra técnica de este grupo es la Regla del 80/20 (Principio de Pareto). El 80% de los resultados provienen del 20% de los esfuerzos. Identifica ese 20% y dedícale más tiempo.
La técnica Pomodoro indica que dividamos el tiempo en intervalos de 25 minutos de trabajo intenso, seguidos de 5 minutos de descanso. Ayuda a mantener la concentración y evitar el agotamiento.
Otro método es el Time Blocking, que consiste en bloquear tu agenda asignando tiempo específico a cada actividad. Esto evita distracciones y te da mayor control sobre tu día.
La regla de los dos minutos dice que si una tarea toma menos de dos minutos, la hagas de inmediato.
Por otro lado, la Deep Work establece bloques de tiempo para trabajar en tareas que requieren máxima concentración, sin interrupciones.
La Gamificación convierte las tareas en “juegos” o retos, estableciendo metas y recompensas para aumentar la motivación.
O existe la Técnica del Kaizen que propone la mejora continua a través de pequeños cambios diarios. Este enfoque fomenta la consistencia en lugar de la perfección inmediata.
El Método GTD (Getting Things Done) propone que captures todas tus tareas en una lista y las clasifíques según el contexto, tiempo y energía que requieren. Esto te permite enfocarte en una cosa a la vez.
Por su lado, el método Kanban utiliza tableros visuales para organizar el flujo de trabajo, dividiendo las tareas en «pendiente», «en proceso» y «completado».
Implementar estas técnicas no es algo que suceda de la noche a la mañana. Requiere planificación, compromiso y ajustes según las necesidades individuales y de equipo. Aquí te dejamos una guía para lograrlo.
Antes de implementar cualquier técnica, es importante saber qué está funcionando y qué no. Realiza un diagnóstico sobre cómo los equipos gestionan su tiempo, cuáles son los cuellos de botella y qué áreas necesitan mayor eficiencia.
¿Por qué quieres mejorar la productividad? ¿Es para cumplir plazos más estrictos, reducir el estrés laboral o aumentar la calidad del trabajo? Tener objetivos específicos te ayudará a elegir las técnicas más adecuadas para cada caso.
No todas las técnicas funcionan para todos. Algunas personas prefieren métodos de gestión del tiempo, mientras que otras se sienten más cómodas con listas de tareas.
La implementación será más efectiva si todos los involucrados entienden las técnicas y cómo aplicarlas. Organiza talleres, proporciona recursos o incluso invita a expertos para que expliquen los métodos seleccionados.
No intentes cambiar todo de golpe. Introduce una o dos técnicas a la vez, dales tiempo para ajustarse y mide los resultados antes de agregar nuevas estrategias.
Existen aplicaciones y software que pueden facilitar la implementación de estas técnicas de productividad laboral. Investiga cuál se adapta mejor a las necesidades de tu organización y facilita la implementación de estas técnicas.
Establece métricas de éxito, como el cumplimiento de plazos, reducción de errores o niveles de satisfacción del equipo. Realiza evaluaciones regulares para asegurarte de que las técnicas están funcionando y ajusta según sea necesario.
La productividad no es algo estático. Anima a tu equipo a proponer nuevas ideas y a compartir lo que les funciona mejor. Una cultura abierta a la innovación asegura que siempre haya espacio para mejorar.
Implementar técnicas de productividad laboral transforma la manera en que trabajamos, porque contribuye al bienestar general de los equipos y al éxito de la empresa.
Ya sea priorizando tareas con el Método Eisenhower, manteniendo el enfoque con Deep Work o organizando proyectos con Kanban, estas técnicas son herramientas poderosas que pueden marcar la diferencia.
¿Quieres aprender más sobre cómo mejorar la gestión del talento y la productividad en tu organización? Pide una demo gratuita aquí.
Orientada al cliente tanto interno como externo, especializada en la definición e implantación de las políticas de RRHH y en la gestión, selección y retención del talento.
Capacidad de liderazgo, comunicación, negociación, organización y coordinación de equipos. Experiencia de más de 12 años en Recursos Humanos.