Gestión de equipos
Presión laboral vs. confianza laboral: cuál funciona mejor
¿Funciona bien la presión laboral de parte del líder de equipo?, ¿es más efectiva la confianza laboral en el equipo? Analizamos el tema.
Gestión de equipos
¿Funciona bien la presión laboral de parte del líder de equipo?, ¿es más efectiva la confianza laboral en el equipo? Analizamos el tema.
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Dani Romero
HR Consultant
27 de junio, 2023
¡Te doy la bienvenida a un fascinante debate sobre el liderazgo en el entorno laboral! Qué tipo de liderazgo es más efectivo en la actualidad, ¿aquel basado en la presión laboral y el control?
¿Aquel que se fundamenta en la confianza y el empoderamiento de los empleados?
En este artículo, nos sumergiremos en una emocionante exploración de dos enfoques opuestos:
el liderazgo con presión laboral y el liderazgo basado en la confianza laboral.
Analizaremos las fortalezas y debilidades de cada uno. Veremos cómo afectan el rendimiento de los equipos y el bienestar de los empleados. A medida que describamos estos conceptos, descubriremos los secretos detrás de un liderazgo eficaz. Y cómo puede moldear el futuro de las organizaciones, en cada punto del 🏢 organigrama de empresa.
¡Prepárate para una lectura interesante y de provecho!
El liderazgo que impone presión laboral se caracteriza por una serie de elementos que enfatizan el control y el cumplimiento de objetivos a toda costa. Algunas de las características que se identifican con este tipo de liderazgo son:
Los líderes que imponen presión laboral tienden a tener un enfoque autoritario. Es decir, toman decisiones sin consultar a los miembros del equipo y esperan una obediencia incondicional.
Este tipo de liderazgo prioriza los resultados a corto plazo sobre el bienestar y el desarrollo de los empleados. Se centra en alcanzar metas y objetivos, sin considerar el impacto en la motivación o la satisfacción de los trabajadores.
La presión laboral impuesta por estos líderes tienden a involucrarse en los detalles y controlar cada aspecto del trabajo de los empleados. Supervisan de cerca las tareas y tienden a no delegar responsabilidades.
La comunicación suele ser unidireccional y centrada en dar órdenes o señalar errores. La retroalimentación se enfoca más en los aspectos negativos y se entrega de manera poco constructiva.
Estas características de liderazgo que imponen presión laboral pueden generar un entorno de trabajo estresante y poco saludable. A la larga, puede tener un impacto negativo en la motivación, la productividad y la satisfacción de los empleados.
En el otro lado de la moneda, tenemos al liderazgo basado en la confianza laboral. Este se caracteriza por fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y empoderador, donde se establece una relación sólida entre líder y equipo.
Algunas de las características clave de este tipo de liderazgo, que se basa mucho en una 🤝🏽 gestión del personal muy cuidada, son:
Los líderes basados en la confianza muestran interés genuino en los miembros de su equipo. Escuchan de modo activo sus preocupaciones, opiniones y necesidades, y demuestran empatía hacia ellos.
Estos líderes confían en las habilidades y capacidades de su equipo y fomentan la delegación de responsabilidades. Brindan autonomía a los empleados para tomar decisiones y asumir la responsabilidad de sus tareas.
La comunicación es clara, honesta y transparente. Se comparten de manera regular los objetivos, la visión y la información relevante con el equipo. Se fomenta un ambiente de puertas abiertas donde los empleados se sienten cómodos para expresar sus ideas y preocupaciones.
Las personas que ejercen este liderazgo se preocupan por el crecimiento profesional y personal de sus empleados. Brindan oportunidades de capacitación, mentoría y retroalimentación constructiva para apoyar su desarrollo y promover su éxito a largo plazo.
Un liderazgo basado en la confianza laboral fomenta un clima de trabajo positivo. Bajo este clima, los empleados se sienten motivados, comprometidos y dispuestos a contribuir con su máximo potencial. Además, promueve la colaboración, la creatividad y la innovación dentro del equipo.
Es cierto que el trabajo bajo presión puede tener ciertos efectos positivos. Pero también tiene consecuencias negativas, dependiendo del contexto y de cómo se maneje.
El ejercicio del liderazgo es como un juego de golf. Existe un tipo de palo para cada tipo de superficie o el tipo de efecto que queremos darle a la pelota. Debemos aprender a usar cada herramienta en su momento. El problema surge cuando queremos pegar a todas las pelotas con el mismo palo.
La presión puede motivar a las personas a trabajar de manera más rápida y a cumplir plazos estrictos. En situaciones donde los resultados son urgentes o se requiere un rendimiento rápido, la presión es buena. Esta puede impulsar a los empleados a lograr sus objetivos de manera más eficiente.
La presión laboral también puede agudizar la concentración y la capacidad de tomar decisiones rápidas. Cuando hay limitaciones de tiempo o situaciones de alta exigencia, algunas personas pueden mostrar un rendimiento mejorado. También pueden mostrar una capacidad para actuar de manera efectiva bajo presión.
Sin embargo, trabajar bajo presión constante puede generar altos niveles de estrés, lo cual puede ser perjudicial para el bienestar de los empleados. El estrés prolongado puede tener impactos negativos en la salud mental y física. También afecta la calidad del trabajo y la satisfacción laboral a largo plazo.
La presión excesiva puede limitar la capacidad de pensar de manera creativa y de encontrar soluciones innovadoras a los desafíos. El estrés puede llevar a una mentalidad de «sobrevivir» en lugar de «innovar».
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés laboral es un problema creciente en el mundo. Un estudio de PageGroup encontró que 3 de cada 10 personas en México afirman padecer un nivel alto de estrés en el trabajo. Y un 65% afirma sentir un estrés moderado.
Por eso, en caso de emplearse, es importante equilibrar la presión laboral para maximizar su efectividad. Una gestión adecuada implica:
La confianza en el equipo de trabajo es un elemento fundamental para el éxito y la efectividad en cualquier organización. Por ello es importante fomentar y fortalecer la confianza dentro del equipo laboral.
Cuando los empleados confían en los demás, están dispuestos a compartir ideas, conocimientos y recursos. Dicha confianza promueve un ambiente de trabajo colaborativo y ayuda a resolver problemas de manera más eficiente.
La confianza también facilita una comunicación abierta y honesta entre los miembros del equipo. Los empleados se sienten cómodos expresando sus opiniones, planteando inquietudes y compartiendo información relevante. Esto promueve la transparencia y fortalece las relaciones laborales.
Con este liderazgo se crea un ambiente de apoyo mutuo y motivación. Los miembros del equipo confían en que los demás harán su trabajo de manera eficiente, lo que reduce la necesidad de supervisión constante.
Esto permite un mayor enfoque en el logro de objetivos y el desarrollo individual y colectivo. La confianza promueve un entorno donde se alienta la creatividad, la experimentación y la búsqueda de soluciones nuevas y eficaces.
Cuando no existe un adecuado liderazgo, la libertad que otorga la confianza se convierte en libertinaje. Algunos trabajadores pueden abusar y tomar libertades que no les corresponden.
La confianza debe trabajarse bajo el amparo de la responsabilidad. Cada miembro del equipo debe esperar que el trabajo del otro se haga y cumplir con el propio.
En conclusión, la presión laboral y la confianza en el equipo representan dos enfoques distintos en el liderazgo y la gestión de equipos. Aunque ambos tienen efectos y consecuencias diferentes, es importante tener ciertas consideraciones.
La presión laboral puede tener ciertos beneficios en términos de productividad, cumplimiento de plazos y toma de decisiones rápidas. Sin embargo, cuando se aplica de manera excesiva y constante, puede generar altos niveles de estrés.
Si se mantiene en el largo plazo, la presión laboral afectará el bienestar de los empleados y limitará la creatividad y la resolución de problemas.
Por otro lado, la confianza laboral fomenta un ambiente de trabajo colaborativo, comunicación abierta y apoyo mutuo. Esto puede llevar a una mayor satisfacción laboral, motivación, resolución de conflictos constructiva, creatividad y adaptabilidad.
Las organizaciones con un liderazgo basado en la confianza tienen 74% de empleados comprometidos y satisfechos. En comparación, sólo lo están el 31% de los trabajadores en empresas con liderazgo menos confiable (Great Place to Work).
En lugar de verlos como enfoques opuestos, es beneficioso encontrar un equilibrio entre la presión laboral y la confianza en el equipo.
Un liderazgo efectivo podría combinar elementos de ambos enfoques. Para ello, se deben establecer plazos realistas, proporcionar apoyo y recursos adecuados, fomentar la comunicación abierta y construir relaciones de confianza con los miembros del equipo.
En última instancia, encontrar el equilibrio adecuado dependerá del contexto, las características del equipo y las necesidades específicas de la organización.
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Profesional de 𝐇𝐑 con experiencia dedicado a fomentar 𝐜𝐨𝐦𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐥𝐚𝐛𝐨𝐫𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚𝐬 fuertes entre líderes de RRHH. Como fundador del 𝐇𝐑 𝐂𝐥𝐮𝐛 y la 𝐇𝐑 𝐂𝐨𝐦𝐦𝐮𝐧𝐢𝐭𝐲, utilizo mis más de 15 años de experiencia para mejorar el panorama profesional de los líderes de RRHH.